Abrumadora concordia

Artículo publicado en ABC.

Ante la visita de Sánchez al Liceo para anunciar solemnemente su rendición incondicional, uy! perdón, su supuesta apuesta por la concordia, convivencia, reencuentro y otros eufemismos parecidos, podría haberse pensado que generaría movilizaciones de rechazo por parte de aquellos que llevamos años padeciendo los abusos del secesionismo desde el mismísimo Govern de la Generalitat y con los recursos de todos los catalanes, pero no.

La visita de Sánchez provocó movilizaciones, sí, pero de una abrumadora concordia por parte de los mismos secesionistas a los que parece que esto de la concordia, la convivencia y el reencuentro no va con ellos.

Ante ello cabe preguntarse qué vendrá a continuación y es que, si los responsables gubernamentales y sociales, así declarados judicialmente, salen medio indemnes de las tropelías cometidas y de la errónea convicción de que sus ideas se imponen, se añade la impunidad a los actos de imposición, no hay ningún incentivo para la concordia ni para el reencuentro, sino sólo para la reincidencia. De hecho, ya hay quienes ven debilidad del Estado ante la graciosa concesión de los indultos como un aliciente más para seguir el mismo camino.

El Govern de la Generalitat seguirá gobernando para los suyos, seguirá gastando para la independencia, seguirá mintiendo a los catalanes, seguirá negociando amnistía y autodeterminación, seguirá… Mientras la mayoría de catalanes seguirán silenciados por la Generalitat y seguirán ignorados por el Gobierno de España.

No podemos ver más beneficios en dicha medida que allanar el camino de una legislatura incierta con una mayoría inestable en el Congreso, a cambio de prorrogar la decadencia de la sociedad y de la economía catalana. El análisis coste-beneficio no es equilibrado: sólo ganan Sánchez y los condenados, y son precisamente la concordia, la convivencia y el reencuentro entre catalanes quienes pierden.

Por la concordia, ya no sólo es urgente echar, urnas mediante, a los secesionistas de la Generalitat, también urge echar a Pedro Sánchez de La Moncloa.

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