Ante el cambio climático, como reto global, Felipe Gonzalez puso en evidencia la doble dependencia española en materia energética: la dependencia de los combustibles fósiles, y la dependencia de proveedores de combustibles, con los problemas que ambas dependencias conllevan, la primera con la generación de gases de efecto invernadero, y la segunda con la dependencia externa, en muchos casos, de países con situaciones geopolíticas cuando menos complicadas.
Ante ésta situación apostó, y comparto la apuesta, por una mayor conectividad energética de España, y con asegurar mayores niveles de generación autónoma, y en este sentido apostó por considerar la energía nuclear en el mix energético español. A pesar de esta rotunda afirmación, siguió con mayor cautela en la defensa de la reapertura del debate nuclear, sabedor del rechazo de la opinión pública, en el cual quizá él mismo tuvo mucho que ver durante su mandato, y defendió el debate científico y sereno.
El ex Presidente, que durante su mandato implantó la moratoria nuclear en España, afirmó que los dos elementos que le llevaron a tal decisión fueron la seguridad de las instalaciones nucleares, y el problema de los residuos radioactivos, y que a día de hoy, estos problemas ya no son tales, ya que la seguridad de las centrales nucleares de última generación ha dejado de ser un problema, y que el 90% de los residuos generados es tratable para eliminar su radioactividad.
Contrasta ésta opinión con la del actual Presidente del Gobierno, que a pesar de haber manifestado su militancia antinuclear, debe tomar una decisión en las próximas semanas sobre la central nuclear de Santa Maria de Garoña, en Burgos, y todo apunta a que consistirá en prorrogar diez años más la vida útil de ésta y otras centrales operativas en España, precisamente alargando con ello el riesgo que ofrecen, al tratarse de centrales con más de 20 y 25 años de antigüedad, y prorrogando el debate sobre el futuro energético de España.
Oportuna me pareció la opinión de Felipe Gonzalez, sobre el idolatrado luchador contra el cambio climático, Al Gore. Felipe Gonzalez reconoció que Al Gore, solo se preocupó del cambio climático una vez dejó de ser vicepresidente de los Estados Unidos, ya que durante su mandato, no sólo no se adhirió a los protocolos de Kyoto, si no que redujo los recursos públicos.