Invitación a un asesinato.

No se trata de que ahora este leyendo al ritmo de un libro al día, sino que ahora tengo un poco más de tiempo para escribir las notas de los libros que he leído en los últimos meses, y este seguramente es el que hace más tiempo que leí, y por ello (igual por algo más) había olvidado muy rápidamente.

En el post anterior, os hablaba de un libro que hacia reflexionar, pues este es el ejemplo de lo absolutamente contrario: ¡para que pensar! Esta, pretende ser una novela de suspense más o menos clásica: conjunto de personas invitadas a una fiesta, en la que tiene lugar un asesinato, y uno de los asistentes se encarga de investigar.

Bien, pues sí el esquema fuera el de una novela clásica, seguramente escribiría: “una más” y ya está, pues no, no es una más, es peor todavía. Después de intentar seguir con atención no solo la descripción de las circunstancias personales de cada uno de los invitados, sino también los razonamientos que sigue la invitada que desea averiguar qué ocurrió, resulta que al final que el asesino confiesa sin más. A uno se le queda una cara de tonto impresionante.

Pues eso, tuve la sensación de haber estado perdiendo el tiempo leyendo este libro y eso que las continuas referencias a Agatha Christie hacían presagiar una novela interesante, como las de Agatha Christie, que siempre tienen un razonamiento y nos meten en la escena. No hace falta que diga que quien espere algo semejante a la intriga de Agatha Christie esta apañado.

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